Turismo cultural y reactivación

El turismo cultural y las perspectivas de reactivación del flujo internacional

El futuro de una normalidad nueva genera distintas expectativas mientras se transita la quietud en las ciudades cosmopolitas y turísticas, donde la vuelta posible a la efervescencia deviene en una oportunidad de repensar formas alternativas de turismo, comenzando con la apertura del flujo turístico interno como salida inmediata.

La Organización Mundial del Turismo (Unwto) identifica al turismo como el sector productivo más golpeado por la crisis: 100% del mundo cerrado por el cierre de fronteras cuya apertura va a ser gradual y muy diversa. Zurab Pololikashvili, secretario general de la organización afirma: “El turismo ha sido el sector más duramente golpeado por esta crisis porque los países cierran fronteras y la gente se queda en casa”. “Abrir de nuevo el mundo al turismo salvará empleos, protegerá medios de vida y permitirá que nuestro sector retome su papel vital en impulsar el desarrollo sostenible”, agrega.

Las cifras son elocuentes: el 83% de los destinos en Europa ha cerrado por completo las fronteras al turismo internacional, en las Américas el porcentaje es del 80%, en Asia y el Pacífico del 70%, en Oriente Medio del 62% y en África del 57%, según datos de la OMT.

“Venecia antes de #lockdown tenía 25 millones de turistas al año y se estaba asfixiando hasta la muerte. Ahora reina el silencio”. He estado allí para ver si un modelo más sostenible podría surgir de este drama”, plantea el periodista italiano Mario Calabresi en un artículo titulado “Como una góndola fuera del agua”.

En diálogo con Télam, Bárbara Catalano, becaria del Conicet y doctora en Sociología, comenta que al desaparecer el flujo de turismo internacional de las grandes ciudades cosmopolitas, cambian las interacciones y la cotidianeidad de los ciudadanos. “En Buenos Aires la caída del turismo internacional es del 60% en marzo con respecto a igual fecha de 2019, según el Indec. El turismo a nivel mundial según la OMT crece entre un 4 y 5%, porcentaje que Argentina estaba siguiendo en los últimos años”, aclara la investigadora del Gino Germani.

“Las ciudades como Venecia, Barcelona, Madrid que tienen importantes flujos de turismo se ven afectadas, pero son ciudades de países con industrias fuertes a diferencia de los países del Caribe que viven del turismo -sostiene-. Esto hace pensar en economías sustentables que no sean tan dependientes del turismo, porque no es una actividad estable y se ve afectada ante fenómenos sanitarios, climáticos o crisis económicas”.

Según Catalano, “el turismo es un tipo de consumo elástico, es lo primero que se deja de hacer. La pandemia desmitifica ciertos discursos hegemónicos y pone en evidencia la fragilidad del sector, sobre todo porque es una actividad económica con una alta dependencia extranjera”.

“Las visitas virtuales a museos, teatro online, empezaron a ser alternativas ante la imposibilidad de estar presente y también es un medio para llevar la cultura a sectores que no pueden viajar y esto es otra perspectiva a considerar. Si bien la tecnología influye en las formas en que los lazos se desarrollan y perpetúan, hay una condición irreemplazable del contacto real cuando el motivo de un viaje es conocer otras culturas, interactuar, lo que se relaciona con los sentidos”, alega.

En cuanto al turismo masivo, Catalano considera que arrasa y que no se puede frenar y cita el libro “La horda dorada” de Louis Turner y John Ash, donde se compara al turismo de masas con las hordas mongolas que iban destrozando sitios, se llevaban un trofeo y seguían al siguiente pueblo.

“Es una mirada extremista del turismo pero, sigue estando presente. El turismo no se va a detener, y no se van a dar cambios estructurales en las formas en que se consume cultura y turismo: cada vez hay más gentrificación, más expulsiones, mayores desigualdades y ciudades con mayores niveles de desigualdad”, concluye. 

Fuente: TELAM